Saludos

¡you can make that your life's aims, your hopes and expectations are a truly reality! Learn how control your mind.// Usted puede hacer que los objetivos, esperanza e ilusiones se hagan realidad! Aprenda como gobernar su tumente.

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domingo, 25 de septiembre de 2011

INDIA-11º.

Luces parpadeantes, imágenes de diferentes Devas de los dioses hindúes pegadas al parabrisas, otras colgadas del techo de lona, música hindú en los altavoces, asientos tapizados en plástico rojo granate, en fin mi vehículo para la aventura nocturna estaba perfectamente acondicionado para lanzarse a descubrir la ciudad. El conductor un chaval de unos treinta y cinco años, algo envejecido. Pelo negro, patillas largas y bigote bien poblado y arreglado. Como bien me indico el door man, viene con camisa blanca y corbata. Bueno pues allá que vamos. Primero le digo que sea el que me organice una vuelta para poder apreciar las cosas más destacadas de la noche Mumbaii. La respuesta, OK! Veo que su nivel de inglés es más que aceptable, entonces vía libre.

El motor del motoricksaw junto con la música se convierte en un dolor de cabeza insoportable. Hago que pare los altavoces de la parte trasera. Zigzagueando entre los camiones que entran a esta hora a descargar a los centros comerciales y mercados de la ciudad, nos vamos adentrando en el corazón de la misma. Llegamos a la cornisa marítima. Desde el paseo se pueden distinguir las luces de los centenares de chiringuitos de la playa. Pasamos por los hoteles más importantes, lugares de reunión, y donde se desarrolla la mayor parte de la vida nocturna, de la gente pudiente en Mumbai. Subimos a los jardines colgantes, desde donde se ofrece una vista de toda la bahía muy bonita. La noche, fresca, ayuda a que el paseo sea agradable.

Las calles han cambiado de aspecto. Ya no son las avenidas amplias y ajardinadas por las que hemos pasado. Estas son de tierra, con baches, piedras, cañerías de desagüe al aire, charcos de los mismos, olores difíciles de explicar. Algunas ratas nos acompañan en la visita. Seres que, salidos no se sabe de que antro o tumba, deambulan llenando la capacidad de las calles. Farolitos rojos, rejas de hierro que encierran detrás de las ventanas, vidas en flor que han sido cortadas de sus raíces y puestas a la venta.

Dando saltos dentro del motocarro, tambaleándome de lado a lado, voy penetrando dentro un mundo de miseria y degradación profunda. Falklandsroad, para muchos “Fucklandroad” Hindis, musulmanes, inválidos, niños mezclados con una marabunta humana en busca de sexo. Casitas de una altura con fachadas alicatadas con azulejos a pedazos recogidos de cualquier escombrera. Maquinas de coca cola en las puertas de burdeles. Mujeres jóvenes con apariencia de viejas, jovencitas muestran sus cuerpos por las ventanas envueltas en ligeros tules de colores. Caras que reflejan su enterramiento en vida en estos antros.

La insalubridad esta presente en todos los rincones de la zona. La sensación de que la muerte aquí tiene un supermercado “cash & carry” de libre acceso para la inculta y desinformada masa que la visita, es reforzada por los ojos y caras del producto a la venta. Niñas traídas de las zonas internas del país. Vendidas a los proxenetas que negocian con sus cuerpos a cambio de una nevera para los padres y algún plato de comida para ellas. Viven, trabajan, comen, duermen, en cubículos de un metro y medio por dos de paredes sucias, mugrientas. Seres dominados y controlados por viejas rameras que, al no estar en edad de poder ofrecerse como objeto de deseo, desempeñan el papel de guardianes para los proxenetas.

Los famosos “girl-boys”, travestís, paseando su palmito entre los roedores que corretean por los escombros, buscando su medio de vida en este mercado de la carne, maquillados como estrellas de Bollywwod a la caza de jóvenes desarraigados. Niñas que se sienten afortunadas de haber sido vendidas porque han tenido la posibilidad de escapar al infanticidio, constante y persistente, llevado a cabo por las familias que no quieren más hijas, no son productivas. Familias que debido a su profunda ignorancia, atadas por creencias religiosas y por la falta de leyes y una educación adecuada, no ponen solución alguna a los embarazos. El gobierno mira hacia otra parte, solo cuando es tiempo de elecciones se acuerda de ellas. En esos momentos a cambio de comida, lavados de cerebro y amenazas encubiertas, los políticos consiguen lo que buscan de estos escombros humanos que no tienen posibilidad de vislumbrar luz alguna para salir de este pozo.

La zona en expansión donde el crecimiento de la ciudad es prospero y los edificios crecen como amapolas en primavera, descarga mi mente del espectáculo anterior. Aquí la arquitectura brilla; edificios modernos, líneas extrañas en este país, colmenas para hacinar gente y oficinas. La imagen de la zona te hace pensar que has cambiado de ciudad o de país, pero no hay que engañarse. En el substrato de todo este movimiento constructor esta la mafia. Los Dons, como se conoce a los jefes, están presentes en todos los estratos de la ciudad. Bollywood también esta siendo desde hace algún tiempo victima de esta organización, y bien lo saben aquellos que no han aceptado las demandas de los Dons, varios han aparecido asesinados últimamente .

La noche va dando paso a la penumbra del amanecer cuando llegamos al mercado central. El bullicio de la descarga de camiones, el griterío de la gente haciendo sus compras, muestra la actividad frenética que esta ciudad soporta. Las frutas, hortalizas, verduras, especias, comparten un espacio amplio de techo bajo, en cuyos pasillos los comerciantes regatean los precios y calidades de las mercancías. Aquí vuelven a aparecer las vacas sagradas. Rumiando alrededor de la parte trasera de los muelles de carga, donde todos los desperdicios se amontonan. Ellas , las vacas , y gente que busca algo que llevarse a la boca, o que puedan vender en sus tiendas en los slums, a otras que no pueden ni salir de los mismos al no tener bicicleta ni dinero para alquilar un ricksaw.

En este mercado empieza el reparto de productos dentro de la cadena alimenticia, el cual, suministra los diferentes mercados existentes en los varios niveles de la sociedad. Aquí se compra para los grandes hoteles, restaurante y tiendas distinguidas del centro. Más tarde compran las sobras las tiendas de los extrarradio, así consiguen precios admisibles para sus zonas de influencia. Más tarde los negociantes individuales que compran, cargan su bicicleta y venden en cualquier esquina; mandarinas, limones con los que hacen limonada, mezclando el zumo del limón con agua y hielo. Finalmente los recogedores de los desperdicios, frutas demasiado madura, las hojas externas de hortalizas y verduras para los barrios de chabolas en lo que viven y se ganan la vida.

Ya despunta el día cuando llegamos al mercado de los ladrones, el Chor Market, donde se pueden encontrar una amplia selección de antigüedades de segunda mano. Y todo tipo de productos que, posiblemente, a principios de la noche, estaban en viviendas particulares, o funcionando a todo volumen en coches de gama alta de la ciudad.

Antes de retirarme a dormir, le indico al “piloto”, que me gustaría visitar los lavaderos de ropa. Allí nos dirigimos. Paseo corto y lugar de fácil localización. Bajo un puente de la autopista que lleva a mi hotel se abre una zona de 2000 metros cuadrados dedicada exclusivamente a los lavaderos. Hileras de pilas, juntas una al lado de otra. Colmena con los agujeros llenos de agua. En cada una de ellas un hombre o niño, de pie sobre el borde de las mismas, vapulean prendas sobre los laterales de las pilas, las friegan con jabón y vuelven a vapulear. Finalmente las cuelgan sobre la telaraña de hilos de tender esparcidos por todo el recinto, esto esta a cargo de mujeres o niñas. El color marrón de las pilas, mulato aceitunado de los cuerpos medio desnudos y el de las aguas turbias, contrastan con el blanco brillante arrancado por el sol de las sabanas colgadas y los amarillos, azules, verdes anaranjados y el azafrán, siempre presente en esta colorida ciudad. Las chabolas de los trabajadores de esta industria están instaladas a los lados de la zona de trabajo. Donde viven generación tras generación. Los hijos heredan el puesto y la pila del padre.

Estando con el motocarro aparcado en la orilla de la carretera, veo venir a lo lejos un elefante con un chaval en la canastilla. Le indico a mi “piloto” que me gustaría subir y si eso sería posible. Sin preguntar me contesta afirmativamente. Esperamos a que llegue a nosotros, le hace la señal de que pare y habla con el chico. Lo organiza todo y me dirijo a subir a lomos del elefante. Parecía fácil, pero no lo es. Hace que el elefante se siente, y apoyándome sobre las patas traseras, agarrándome de la cola y la mano que el chaval me tiende, finalmente logro alcanzar la cima. Él se sienta sobre el cuello del paquidermo y nos damos un paseo, por medio del tráfico, de unos diez minutos. Me devuelve al punto de partida y no quiere dejarme bajar si no le pago antes. Le digo que no se preocupe, que no hay ningún problema. Me deja bajar y yo le digo a mi acompañante que negocie con él el precio. La respuesta llega pronto. 200 Rs dice que le tienes que pagar. Me parece caro y le doy 100Rs. El chaval ni corto ni perezoso, dirige al elefante hacia el motocarro y hace que descargue la trompa sobre el techo del mismo. El conductor asustado me dice que le de lo me que pide que si no aplastara el vehículo. Yo me hago el remolón. Entonces el animal, a la orden de su dueño, levanta una de las patas delanteras y la deposita sobre el estribo del motoricksaw. Este empieza a tambalearse y su dueño a pedirme por favor que pague, que le va a destrozar su medio de vida. Finalmente accedo y le doy 300Rs. Y le hago saber que todo era una broma y que no había ninguna mala intención en mi acción. Coge los billetes, nos damos la mano y aparta al animal del vehículo.

Llegamos de vuelta al hotel. Pago el servicio del motoricksaw, 400Rs, unos 7,36 euros, le doy 500Rs. Paso al restaurante, salgo a la terraza del mismo y me sirven un desayuno copioso que me va a servir como comida única del día hasta la hora de la cena.

Capitulo del relato  "MUMBAI" de Paco Costa
Foto: Paco Costa

Os agradezco los comentarios, me ayudan a aprender y crecer.

sábado, 24 de septiembre de 2011

INDIA-10º.

Saliendo de Malabar Hill, volviendo hacia el hotel, después de pasar por delante del templo Walkeshwar dedicado al Dios de la fortuna, Ganesh, pasamos por un barrio musulmán en que se está celebrando el Mourrung. Celebración musulmana en la que los fieles de Allá se inflingen castigos con hojas cortantes atadas al final de unas cuerdas. Ofreciendo el sacrificio a su Dios, se golpean incansablemente las espaldas, las cuales llenas de heridas no paran de sangrar. Dos kilómetros más adelante paramos el taxi a la orilla del mar. Desde la acera sale un larguísima pasarela que, según Mahmmud, siempre se encuentra llena de mendigos, lleva a la tumba de un santo musulmán, a La tumba de Hají Alí, que también es muy venerada por los hindúes.




Como por la noche tengo una cita para cenar con un cliente, me ha invitado a cenar en el restaurante del Hotel Oberoi, quiero llegar temprano al hotel para tener tiempo de tomarme un buen baño y descansar un poco del calor del día. Mahmmud me deja en la puerta del hotel y nos despedimos hasta la mañana siguiente. Penúltimo día de mi estancia en Mumbai.



Me recogen a las ocho de la tarde en el hall del hotel. Nos dirigimos a lo largo del paseo marítimo hacia el Hotel Oberoi, que brilla con luz propia en medio del paseo al mar. Su mole iluminada con miles de focos da sensación de solidez que refuerza su imagen de pabellón de proa del barco de la hostelería hindú. Al bajar del coche el Sr. Sindra me hace entrega de un regalo. Cosa usual en los hindúes. Un libro que según él dice me puede ilustrar sobre la situación general de la India. Es de una escritora llamada Arundhati Roy. Le agradezco el presente y lo guardo en el bolsillo de la chaqueta.



Una recepción grande muy iluminada, suelo de mármol con incrustaciones de tonos verdes y marrones, ramos de flores decoran toda la estancia. Un gentío en movimiento dirigiéndose hacia los diferentes restaurantes. Grupos de gente vestidos de etiqueta se reúnen para celebraciones diferentes; de empresa que celebran algún aniversario, familiares que están esperando que lleguen los novios de la boda a la que asisten, turistas con todas sus galas preparados para disfrutar de las preparaciones de los famosos chefs del hotel.



El colorido de la escena, como siempre aquí en India, lo ponen las mujeres hindis con los sharis, con bordados y colores que parecen sacados de algún sueño. Los perfumes también están presentes. En el ambiente se esparce una aroma dulzona y aceitosa, a veces demasiado concentrado, para los gustos occidentales.



Pasamos al restaurante donde nos espera la mesa reservada a la que nos dirige la Maitre del salón. Una camarera nos sirve un refresco de recibimiento, mientras la primera nos presenta las cartas. Dejo en las manos del anfitrión la elección de la cena.



A lo largo de tres cuartos de hora van pasando por la mesa diferentes platos de cocina occidental; pateé de oca caliente sobre manzana salteada en mantequilla y salsa de reducción de oporto, Gambas abiertas asadas al espetón sobre leña, muy en su punto; sin el sabor de las que yo conozco de la costa levantina española, acompañadas con diferentes salsas para poder aliñar al gusto. El famoso pan, en la India, chapatty, con el aroma de recién cocido; lo preparan delante del público.



Una señora sentada sobre cojines amasa la harina y prepara la masa que va cociendo sobre planchas cóncavas, las pliega, y se sirven inmediatamente a los clientes. Una lubina al eneldo acompañada con una muselina de ajos tiernos muy aromática y fina. El espetón de carne, al cual yo ya no llego, ya me encuentro a estas alturas lleno, viene a cerrar el surtido principal de la cena. Y un surtido de postres, pudin, mus de chocolate, virutas de caramelo sobre helado de vainilla y milhojas de frutas salvajes de bosque, junto con una copita de Porto de reserva, solo para mi, recuerdo de la estancia de los portugueses en esta zona, culmina de manera sublime esta memorable cena. Solo la falta de un vino adecuado ensombrece el completo desarrollo de la misma. Esto debido a que mi anfitrión es un fiel seguidor del Sihkismo y no bebe alcohol. Yo seguí el ejemplo y tomé agua también.



Pruebo, por fin, el famoso te del Nepal, hojas de plata. Sabor suave con carácter y aromas de un retrogusto ligero pero duradero. Me siento en estos momentos componente del Club de Cricket. El te da paso a una sobremesa que dejamos transcurrir en un salón contiguo al restaurante. En este, un pianista al teclado de un Kawai, va despertando los pétalos sonoros, de la rosa del nocturno nº. 2 de Chopin dormidos en las cuerdas, que se esparcen por la sala lentamente, inundando con un contraste de graves suaves y agudos matizados que acaricia los oídos. Los sentidos de los allí presentes. La conversación fluye fácilmente y deriva hacia la política. Campo en el que no me siento muy seguro, pero dejo hablar a mi anfitrión.



--Aquí en Mumbai estamos viendo últimamente un florecimiento desmedido de la construcción. Las inversiones llegan de todo el mundo de forma masiva, gracias a los últimos acuerdos y las buenas relaciones que el gobierno actual tiene con el gobierno estadounidense. Aquí se esta produciendo un crecimiento descompasado y a mi entender poco organizado. Se esta creando un bifurcación peligrosa, aunque ya existente desde hace muchos años, en la que una parte de la India crece a ritmos forzados y otra malvive de forma alarmante. Se están produciendo unas inversiones inconmensurables en la parte del norte, en la construcción de grandes diques, con la excusa de almacenar agua para producir zonas de regadío que posibiliten, en un no largo periodo de tiempo, el autoabastecimiento de los productos básicos para la alimentación de la población.—sin dejarme poner baza, mi anfitrión continua explayándose --estas inversiones, realizadas sin estudios serios ni planes de desarrollo adecuados, tienen a la economía del país endeuda por encima de sus posibilidades. Además, las inundaciones de las zonas de regadío ya existentes, y de los poblados autóctonos de las zonas que el agua va cubriendo poco a poco, ha producido una recolocación, también sin ningún control e impuesta, de los ciudadanos. Esto ha llevado a la llegada masiva de gentes de esas zonas a las principales capitales.



Ciudades que ya saturadas de slums, barrios de chabolas,--me explica-- los han visto multiplicarse. Por otra parte nos encontramos con informes que indican que la producción de grano que se puede alcanzar con la construcción de los pantanos es de unos 20 millones de toneladas anuales. —llegado este momento, se pone nervioso y cambia dos o tres veces de postura en el sillón --Pero nos encontramos, en los mismos informes, que por falta de buen almacenaje y un correcto control de las existencias, los roedores producen unas perdidas que se elevan a 20 millones de toneladas anuales. Y a la vista de este informe, yo me pregunto, ¿pero en que país vivimos? Si para producir la comida que los roedores consumen el país ha tenido que endeudarse hasta limites inconcebibles y desplazar a millones de personas de sus asentamientos naturales. La solución no hubiera sido mucho más factible si se hubiera atendido la lucha contra los roedores, dando trabajo a muchos millones de personas, sin ningún endeudamiento descomunal que colapsase la economía nacional. Y haber dejado que las zonas y gentes del área inundada, que aunque atrasadas, ya tenían sus medios de vida adaptados al medioambiente en el que todos sus ancestros han vivido, sigan viviendo y desarrollándose. No se, a veces no comprendo los contrastes de este país. Porque, ¿como puede ser que un país asentado en la filosofía de paz, Gandhi, es la muestra mas palpable de esto, haya producido la bomba nuclear? ¿En que cabeza cabe? Que quiere el gobierno demostrar, que somos lideres en materia nuclear . –se altera por momentos, y lo que es más raro en él, esta levantando la voz --No se dan cuenta que en lo que realmente somos lideres es en gente mal nutrida, viviendo a la intemperie. ¿Por qué estas inversiones tan fastuosas no las dirigen a paliar la hambruna y a promocionar la educación a todos los niveles de la población, sean de la casta que sean, y a erradicar la corrupción existente en todos los niveles de los entes públicos? Perdona que te haya echado este discurso, pero son temas que me tienen muy preocupado. —casi exhausto y con cara de preocupado, se disculpa por su extensa y tensa charla.



El tiempo sin darse cuenta se nos escapa y llega la hora de retirarse. Le agradezco la amabilidad tenida conmigo y en la puerta de mi hotel nos despedimos. Mañana será mi primer día libre en Mumbai. No tengo compromiso alguno, ni necesidad de levantarme temprano. Me meto en la cama, cojo el libro que me ha regalado el Sr. Sindra; “La Álgebra de la Justicia Infinita”, y me pongo a leer.



Suena en el hilo musical de la habitación la Lista de Schindler de John Williams. El violín va desgranando notas que penetran dentro de mí, obligándome a dejar el libro. Cuenta historias que pueden adaptarse a todo momento y a todo país. Sobre todo, momentos de pena y sufrimientos y, a la vez, de ánimo, reflexión. Te obliga a pensar en las cosas que pasan cada día y a compararlas en momentos pasados en los que el sufrimiento ha estado tan presente en el continente europeo. Te ayuda a ver la falta de sentido común en el ser humano. Falta que en la época que me está tocando vivir, para mi es muy incomprensible, parece que se este dando más, o sea más propensa, en las clases dirigentes que en la gente del pueblo. A veces da la sensación que, después de tantos años de historia, guerras, descubrimientos científicos, los altos niveles de vida de los países desarrollados, los altos niveles de educación de los mismos, las libertades conseguidas y las posibilidades de futuro que los países del primer mundo tienen, no haya servido para nada. Siguen las matanzas, las hambrunas, los desprotegidos de toda índole y los grandes abusos de los poderes fácticos mundiales sobre el tercer mundo. Sin entrar a valorar el tratamiento dado al cuarto mundo. Abandonados completamente a su suerte solo porque han nacido donde no hay ningún tipo de riqueza que el primer mundo puedan explotar, o que las que tenían ya están exhaustas y los explotadores han desaparecido de los mismos dejando campos baldíos, minas vacías o pozos agotados. Pero lo que es todavía peor los explotadores no hicieron nada, en los años que como chupópteros vaciaban el vientre de los países, para erradicar la ignorancia. No les dieron cultura, ni la posibilidad de conseguirla. Como mucho extendieron sus creencias religiosas que al fin y al cabo, tanto monta, monta tanto...



No puedo conciliar el sueño. Me he puesto a pensar y esto me ha desvelado. Salgo de la cama me visto informalmente, sin traje ni corbata, y me bajo al hall del hotel. Me dirijo al snack-bar, abierto las veinticuatro horas, y me tomo un café con leche, un capuchino. Me fumo dos o tres pitillos allí y después salgo a la entrada del hotel. El door man, muy parsimoniosamente, me saluda. Me pregunta ¿taxi? Le digo que no, que voy solo a pasear por los jardines. Al cabo de cinco minutos vuelvo y le pregunto sí habría algún conductor de motoricksaw con un buen conocimiento de inglés y de confianza, disponible en las cercanías del hotel. Le comento que me gustaría dar una vuelta por el Mumbai nocturno, pero que tengo temor a lo que pueda encontrarme en esa ciudad a estas horas de la noche.



No problem! Me contesta. Y sigue explicándome su estrategia. Ahora llamare a un amigo mío que es perfecto para lo que usted busca. Un chico serio, no bebe, no toma drogas. Ya vera como visitar la ciudad con él es un seguro de tranquilidad. Vale, le contesto. A los tres minutos, más o menos. Me dice que en media hora vendrá a recogerme. Que estaba descansando y en cuanto se arregle pasara por aquí. Me comenta el door man que le ha indicado al chofer del motoricksaw, que viniese bien vestido, con camisa blanca y corbata, por si acaso quería visitar algunos lugares distinguidos. Yo le contesto Ok! Es la búsqueda de la propina lo que lo lleva a ser tan amable y atendido. Pero yo satisfecho de encontrar lo que buscaba.

viernes, 23 de septiembre de 2011

THE HEADLIGTH OF LIFE, KNOWLEDGE.

The supreme truth is eternal. It is defined in the Vedic text books as "that which is the same in the past, the present and future". It reveals itself to one and all directly like scintific truth. It does not depend upon authorities or apostles to establish itself. A scientific truth gains no more weight if all the eminent scientists in the world bear testimony  to it. What is needed today is not hair-splitting interpretations and commentaries on age-old Sanskrit verses but a mere enunciation of the truth in a proper form. The truth itself stands as incontrovertible proof. You need only to exercise your intellect to reflect upon it independenly, discriminate carefully and understand it thoroughly. Thereafter you must apply your knowledge and verify its authenticity in your day today living. A student of chemistry who has not performed experiments himself in the laboratory is no chemist. Similarly, a student of Vedante who has not verified his knowledge of Vedanta in the complex affairs and situations in his own life is no Vedantin (a man living Vedanta).

All that you need to do is to employ your present faculties to progress gradually in the path of knowledge. "The way to more light is the faithful use of what you have". You know that the headlights of an automobile can illumine the road only upto a hundred metres. But the same light can take you hundreds of miles in the darkness of the night. Drive along, the light will continue to illumine  the entire path until you reach your destination. Similarly strive in the present. A little knowledge gained   will efface a little ignorance. Thus proceed gradually. This process will take you to the ultimate truth.

From the book "Vedanta Treatise" by A. Parthasarathy.
Picture by Paco Costa

martes, 20 de septiembre de 2011

THE WAVE OF LIFE

This wave was  born in the middle of the Ocean. It started its trip to the shore long time ago. Through its way it has known its youth being a low wave, almost without any stregth. Then it increases its strangth and volume. Along the trip it meet with many other waves. Individual ones. But It, because its characteristics, was named "the Blooming Wave". It was converted in a particular identity.
Now it is reach the top of its evolution. If you look at the picture you can see that it is starting the falling down. And in a short time it will be dissapered. It will have died. But that is not so bad. Because it is coming back to its natural home the OCEAN.

We travel  our way along our lives being univers, but with particular characterics. And when we die, we also go back to our natural home the UNIVERSE.

Picture: Paco Costa

sábado, 17 de septiembre de 2011

A SPIRITUAL WAY

Your mind at present is congested with selfish thougts and desires. It is like cotton clogged with impurities. Impurities stick firmily to cotton. You cannot pull them out easily. There is a special process for purifying cotton of its impurities. It is called carding. Cotton is beaten up with an instrument known as card. The thick mass of cotton is thinned out by beating. Fine fibres of cotton separate and fly about. With the result the impurities sticking to it drop down by gravity. Pure fluffy cotton is collected. A similar effect is brought about upon the mind by the spiritual courses. Egocentric thoughts and desires stick fast to the mind. You cannot remove them easily. The yoga give the mind a high ideal in life. The mind expands with the selfless ideal. Consequently the selfish thoughts and desires fall off. The mind is thus purified. It becomes congenial for concentration and meditation.

From the book "Vedanta Treatise" by A. Parthasarathy
Picture by Paco Costa.

jueves, 15 de septiembre de 2011

CLAIM OF VEDANTA

Give your personality  a lift  to your real  being. You will then lift the whole  world. Move to the centre of your personality. Reach the axle. The worlds will revolve around you. Swami Rama Tirtha did it. So did scores of other unknown sages. The secret of their sucess is that ther sought the truth within themselves. They did not rely on outside forces. They were attached to no institution. No churches. No missions. Each lifted himself by himself. Budha was no a Budhist. Nor Christ a Christian. Ramma Tirtha relie on nomission. Yet institutions, churches and missions were built around their personalities. People who belong to associations and societies, institutions and missions, raise dollars, put up buildings, buy up materiality. Such conquest is not speritual growth.

from book "VEDANTA TREATISE" by A. Parthasarathy.